El que se suponía que era un viaje de placer a bordo de un crucero derivó en aventura aérea con ingreso hospitalario a cientos de kilómetros de su ciudad natal para una pasajera de nacionalidad británica del buque Braemar.
El trasatlántico, con bandera de Bahamas, cubría la ruta de regreso desde las islas Azores al puerto británico de Dover cuando el médico de a bordo recomendó la evacuación de la turista. Eran las diez y veinte de la mañana y el barco estaba lejos de todo y más de tierra firme. Lo que le quedaba más de paso era A Coruña y estaba navegando a 245 millas náuticas de la torre, una distancia que las 5 horas de autonomía del Augusta Westland que es el Helimer 204 -ahora en Alvedro en sustitución del Sikorsky 61 (Helimer 210) que está inoperativo por no haber ido a la revisión obligatoria- no eran suficientes para salvarla. Sirva como ejemplo que el naufragio del Kea, muy complicado por estar al límite de la autonomía de los medios aéreos, se produjo a 195 millas.
Para que la evacuación fuese posible, el trasatlántico desvió ligeramente su rumbo para acercarse a tierra. Mientras, el Helimer 204 despegó del hangar de Alvedro y recogió a la pasajera británica a las cinco de la tarde. El traslado se realizó sin problemas y la mujer fue derivada al complejo hospitalario de A Coruña.