VIDEO-Simulacro de rescate en el velero más grande del mundo
Con permiso del inclasificable Sailing A, el Black Pearl está considerado como el velero privado más grande del mundo. Botado en septiembre de 2016, su diseño y construcción supuso un desafío para ingenieros y diseñadores porque todo lo que hay a bordo no se había hecho antes. Además de sus colosales dimensiones -106 metros de eslora, 15 metros de manga, siete de calado, 2.986 toneladas de desplazamiento o mástiles autogiratorios de 75 metros que soportan 2.877 metros cuadrados de superficie vélica-, la embarcación cuenta con revolucionarios sistemas como paneles solares flexibles en las velas o hélices generadoras de energía, con los que podría cruzar el Atlántico consumiendo apenas 20 litros de combustible. Es un hito en la industria de superyates. Al tratarse de un barco tan innovador, sin precedentes, hay que ensayar cualquier situación inesperada que pueda surgir. Incluido un rescate.
Esta semana, la tripulación del Black Pearl realizó un ejercicio de entrenamiento de evacuación con un helicóptero Helimer 204 a 30 millas al Noroeste de Cabo Formentor, en aguas de Mallorca. En el vídeo se observa la perspectiva del velero desde la cámara del aparato y desde a bordo de la embarcación.
Como informamos hace unos meses, este proyecto se mantuvo en secreto durante un lustro y apenas hoy se conocen detalles sobre todo lo que guarda a bordo la 'Perla Negra'. Según la edición rusa de 'Forbes', el magnate Oleg Burlakov, de quien apenas existen imágenes ni información sobre su vida empresarial y privada. En la entrevista con la publicación especializada en negocios y finanzas, Burlakov asegura que en 2005 empezó a interesarse por los paneles solares flexibles con la intención de emplearlos como velas. Poco después, coincidió con el diseñador Ken Freivokh, responsable del trazado del fascinante The Maltese Falcon -cuyas líneas recuerdan a la Perla Negra-, quien compartió la visión del empresario y empezó a dibujar los primeros bocetos. Al proyecto fueron sumándose los estudios Dykstra Naval Architects (arquitectura naval), Nuvolari Lenard (diseño exterior e interior) o Gerard P. Villate (interiores) y el velero fue tomando forma.
El armador no encargó el velero como capricho, sino como primer banco de pruebas para experimentar nuevos sistemas de generación y almacenamiento de energía más eficientes. Que sea un superyate y no un buque de carga se debió a cuestiones estéticas: "un yate es estéticamente agradable y, en segundo lugar, es más fácil promover un proyecto de este tipo". Reconoce además que ha invertido unos 250 millones de dólares en su diseño y construcción.
Hasta 12 invitados pueden pasar la noche en esta maravilla de la arquitectura naval. Entre las tres cubiertas los diseñadores creadores ubicaron zonas sociales como beach club, plataforma de baño o terraza y un garaje donde guardar desde embarcaciones auxiliares a un arsenal de juguetes acuáticos. Del interior no ha trascendido hasta la fecha ningún dato ni imagen.